Horacio y Alejandra salieron de la habitación a
comprarles comida a Paula y Pedro. Ya era la hora de la cena y desde que habían
llegado a la clínica no habían comido nada.
Pau: aprovecho que estamos solo así le doy teta Nico, ¿me lo das amor?
Pp: Vaya con mami- le dice alcanzándole el bebé.
Paula lo tomo en brazos y comienza a darle de mamar.
Pau: mira se prendió enseguida- le dice asombrada a
Pedro ya que a Nico le costaba agarrar y había que hacer varios intentos.
Pp: Tenia hambre el gordito- dice tomándole la manito.
Pau: ¿Mati duerme? Te fijas como esta, amor
Pp: justo iba hacerlo- dice yendo hasta la cunita
donde estaba el bebé- creo que va por el quinto sueño.
Pau rié: Mi vida- dice enternecida- ¿te fijaste la
respiración?- le pide mientras le susurra a Nico un “despacito mi amor”.
Pp: está bien, amor. No te preocupes
Pau: ¿pero te fijaste?
No puedo estar tranquila mientras duerme- dice mientras desprendía de la
teta a Nico que ya había terminado de comer y solo estaba jugando cual chupete.
Pp: Si me fije,
tranquilízate mi amor- dice acercándose y besándole la frente- dame a
Nico que le hago el provechito
Ella se lo dio y fue hasta la cunita de Mateo, a
supervisarlo ella misma. Porque no podía con sus manías, con su culpa. Se queda contemplándolo hasta que siente una
mano suavecita y blandita acariciándole la mejilla. Era Nico.
Pp: Te quiero mami- decía el imitando una voz aguda
para hacerla pasar por la de su hijo.
Paula sonrió y le beso la manito: yo también, mi amor…
a los tres- dice mirándolo a Pedro. Él le da un dulce beso fugaz, antes que
Nico intentara separarlos.
En ese instante tocan la puerta Horacio y Ale con la
cena.
Ale: ¿sigue durmiendo Mati?
Pau: si, en el quito sueño según Pedro
Ale rió.
Horacio: debe haber quedado agotado, en cambio este pequeñín-
dice refiriéndose a Nico- esta con todas las pilas
Pedro: totalmente- dice mientras lo entretenía sin
mecerlo demasiado porque recién acaba de comer.
Ale: acá esta la cena chicos- dice dejándola sobre la
mesita de desayuno que se encontraba en la habitación- tiene cubiertos de
plástico y vasos
Horacio: Trajimos pasta que les gusta a los dos, ¿está
bien?
Pau: si, Muchas Gracias
Ale: Hija, ¿se quedan los dos ahora?
Pau: si, si ¿no amor?- dice esperando la aprobación de
Pedro que asiente enseguida.
Ale: ¿Nico también? ¿No quieren que me lo lleve?
Paula se queda pensativa.
Horacio: Lo mejor me parece que se quede con Ale en la
casa de ustedes, así está cómodo
Pedro: ¿y si extraña?- le dice a su padre.
Pau: eso mismo pienso yo, no quiero que se la pase
llorando toda la noche
Ale: Pero tampoco creo que la clínica sea el mejor
lugar para un bebé Pau,
Horacio: es cierto, se va a poner molesto porque no
conoce, y ustedes tienen que estar atentos con Mateo,
Pedro se encontraba reacio a la idea de que Nico no se
quedara con ellos.
Pau: Amor, si te vas vos con Nico y yo me quedo con
Mati
Pedro: no te pienso dejar sola Paula- le dice serio.
Ale: Chicos ¿Nico duerme de corrido?
Paula lo mira descolocada: si casi toda la noche, pero
¿Por qué?
Ale: nosotros con Horacio nos quedamos hasta que Nico
se duerma, y si usted no tiene problemas- le dice a Horacio-me alcanza con el
bebé hasta la casa de los chicos
Horacio: por supuesto, ningún tipo de problema
Ale: y en cuanto Nico se despierte a primera hora me
tomo un taxi hasta la clínica
Pau: ¿estás segura má?
Ale: si amor, ni cuenta se va a dar que ustedes no
están
Pedro: pero a veces falla y se puede despertar a mitad
de la noche- le dice preocupado.
Ale: Chicos, críe tres hijos, con mi nieto no voy a
ser menos, Si Nico es feliz con la abuela ¿o no mi vida?- dice asiéndole
morisquetas al bebé que se encontraba en
brazos de Pedro y él se reía.
Horacio: Lo que dice Alejandra me parece lo más acertado.
Fue así que Paula y Pedro a regañadientes aceptan la
idea de dejar a Nico con Alejandra. Sobre todo por la comodidad y tranquilidad del bebé que solo su hogar le
podía dar. Aceptaron que es solo una noche y por una ocasión especial que
lastimosamente no se pudo evitar.
Paula y Pedro ya habían cenado. Sin embargo la tarea
de dormirlo a Nicolás se estaba volviendo por demás complicada. No dejaba de
moverse en los brazos de su padre, quizás todo lo sucedido lo había alterado.
Ale: ¿si lo prendes de pecho otra vez?- propuso su
mamá.
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