jueves, 12 de enero de 2012

Capitulo 278

Pau: imagínate, todas diosas, y yo ahí con una cara de que parí hace 5 días
Pedro: pariste hace 5 días
Pau: por eso, soy un asco
Pedro: basta, Paula- le dijo serio- si no te conocen no se dan por aludido de que fuiste madre, deberías tener compasión de otras mujeres que todavía ni siquiera se pueden mover
Pau: ¿y a mi quien me tiene compasión? … Ni siquiera mi marido- dijo aun angustiada.
Pedro se refregó la sien, ya no sabía cómo tratarla: ¿decime que tengo que hacer?.... no se que decirte, parece que con cada cosa que hago empeoro todo
Pau: no quiero que hagas nada…abrázame- le pidió, y el acato sus palabras, manteniéndola sobre su pecho, mientras le acariciaba el cabello.
Después de unos minutos, emprendieron viaje a su casa. Pedro bajo de auto a saludar a los bebes antes de ir al evento.
Mientras en la cocina.
Paula le daba de mamar a Mateo.
Ale: se portaron, muy bien
Paula sonrió: despacio, Mati- le pidió.
Ale: ¿no vas con Pedro a la fiesta?
Pau: no, quiero quedarme con mis hijos
Ale: a mi me parece que deberías acompañarlo, yo me quedo con los bebes un rato mas, no tengo problemas
Pau bajo la mirada, concentrándose solo en Mateo.
Ale: ¿o a vos te pasa otra cosa?- sospecho, y justo en ese instante cruzo la puerta Delfina y Pedro con Nico en brazos.
Delfi: se cambiar mejor los pañales de tus hijos yo que el propio padre- expreso indignada a Paula.
Ella se rio, y miro a dos de sus amores con ternura.
Pedro: Bueno me voy- dijo dándole en Nicolas a Delfina- chau Nico, te amo- le dijo dándole un beso sentido en una de sus manitos mientras su cuñada lo sostenía.
Pau: voy con vos- salto, convencida- te acompaño- afirmo lo antes de dicho.
Felices, luego de despedirse de los bebes, se fueron a la fiesta.
Estuvieron poco más de una hora, cuando decidieron regresar, no por cansancio pero el lugar de él tanto como el de ella, era en su casa con sus hijos festejando todos juntos como la hermosa familia que eran.
Llegaron, después de unos minutos de viaje arribaron a su hogar. Paula permaneció sentada en el asiento de copiloto, como esperando.
Pedro: ¿te pasa algo?
Pau sonrio: que boluda- dijo riéndose sola, mientras bajaba del auto- no me acostumbro a no tener la panza
Pedro rio: ¿esperabas que te ayude a bajar?
Paula asintió divertida, y el la abrazo por detrás.
Pedro: ¿la extrañas?
Pau: un poco, pero más extraño a mis hijos
Pedro beso su cuello dulcemente: entonces entremos.
En cuanto abrieron la puerta, el ambiente no estaba tal calmo como lo habían dejado, Nicolas lloraba en brazos de Alejandra, esta lo mecía de un lado al otro y no lograba tranquilizarlo.
Mateo en cambio permanecía dormido, pero según comento Delfina, recién habían logrado su sueño.
Pau: dame al gordo, mami- le pidió, Alejandra se lo paso de inmediato, cuiadadosamente.
A Nico, solo le hiso faltar sentir el perfume de su madre para calmarse, era pequeño y la necesitaba.
Pedro miraba la escena embobado, definitivamente era le mejor madre que podrían tener sus hijos.
Pau: ¿quiere comer mi bebe?- pregunto con voz dulce mientras se sentaba para darle de mamar, ya era la hora, asi que Mateo no tardaría mucho en despertar.
Ale: definitivamente Nico es mañoso- dice entre risas- igual a vos de bebe- le dice a Paula.
Pau: yo crei que salía a Pedro- bromeo, mientras acomodaba al bebe en su regraso.
Pedro: mala tuya- se libero de culpas, luego aprovecho la presencia de su suegra y su cuñada para darse una ducha rápida.
Minutos después, Alejandra y Delfina se habían despedido, de ninguna manera quisieron quedarse ya que tenían planes para la mañana temprano. Pedro se ofreció a llevarlas y por más que se negaron, las alcanzo de todos modos.



Escrito por @juliamorciego

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