jueves, 19 de enero de 2012

Capitulo 287

-Pau: me encanta, (se muerde el labio) van a estar vestidos igual que el papá
-Pp: (sonríe) imagine que me ibas a elegir camisa a rayas, y mira lo que son. No puedo creer que hagan ropa tan chiquita. Y las zapatillas te gustan?
-Pau: si me gustan, pero más me gusta el hecho que lo compres vos. Es hermoso todo lo que elegiste, la cadenita, la ropa
-Pp: también le compre un collar a Moro, para que le saques ese que tiene de leopardo, parece gay el pobre perro
-Pau: hablando del chancho, te juro que me sorprendió la actitud que tuvo
-Pp: yo esperaba esto pero no tan rápido
-Pau: entendió perfecto su papel de hermano mayor
-Pp: (se acerca y la abraza) te amo
-Pau: yo también te amo. Bajamos a buscar a los Alfonsito? Así los cambiamos
-Pp: SI ya los extraño
Cambian a los bebitos con la ropa que les compró Pedro. Era increíble lo bien que había aprendido a manejarlos en tan poco tiempo. Paula los miraba y le parecía mentira. Estaban hermosos. Eran la versión miniatura de su papá
Mientras Paula ayudaba a sus cuñadas a preparar la mesa, Pedro se encargaba de cuidar a los bebitos. Era un decir cuidarlos ya que los dos dormían muy plácidamente. El baño los había relajado, sumado a que habían tomado la teta, parecían dos angelitos durmiendo.

-Horacio: son muy tranquilos
-Pp: la verdad que sí. Pensé que me iba a ser más difícil adaptarnos. Va que a mí me iba a costar más, Paula parece que fuera madre hace años.
-Horacio: pero yo te veo bastante seguro, te manejas muy bien.
-Pp: (sonríe y lo abraza) soy muy feliz. Tenias razón que ser padre es lo mejor que te puede pasar en la vida
-Horacio: y ser abuelo ni te cuento.
-Caro: ya está todo listo.
-Pp: ya voy espera que les pongo repelente a mis hijos.
-Fede: quien te ha visto y quién te ve. Sabes o la llamo a Paula?
-Pp: no hace falta yo sé. Igual es en lo bracitos solamente. Ya les pusimos antes de vestirlos
-Pau: justamente venia a hacer eso. Te me anticipaste
-Pp: soy un padre muy eficiente

Cenan entre charlas, bromas y alguna que otra lagrima, sobre todo de parte de Horacio. Cuando se hicieron las doce brindaron. Si bien el recuerdo de Ana estaba presente y era inevitable un poco de nostalgia esta vez era diferente. La llegada de los Alfonsito sin duda era un motivo de alegría, sumado al gran año que habían vivido como familia, siempre de la mano de Pedro. Él era el más chico, el que había quedado más desprotegido, por decirlo de algún modo, y verlo realizado a nivel profesional los alegraba. Pero verlo realizado a nivel personal era lo más importante.
En un momento Pedro se separa un poquito de la mesa y brinda con su mamá a su modo, pero esta vez fue distinto. En el momento que levanto la copa mirando al cielo sintió los brazos de Paula abrazándolo por la espalda. Giro un poco y estiro el brazo para acercarla más a él. La beso muy dulcemente y se quedaron abrazados un rato. No hacía falta hablar, ellos se entendían a la perfección
De repente los sorprendió los fuegos artificiales que empezaron. Se acercaron a los bebitos para ver si se habían despertado pero estos dormían plácidamente. Se quedaron al lado del cochecito por las dudas lloraran. Pedro la abrazo por la espalda y estuvieron largo rato mirando el cielo.
Se quedaron hasta las cuatro de la mañana con la familia y algunos amigos que vinieron, bailaron un rato. En el momento que los bebes se despertaron con hambre fue el momento de terminar la fiesta. Subieron, los cambiaron, y se acostaron.
El lunes almorzaron en familia y después disfrutaron de la pileta. Pedro moría de ganas de meter a sus hijos, pero por el momento tuvo que conformarse con sus sobrinos. Pasaron una tarde hermosa, les gustaba estar en Mármol. Decidieron quedarse una noche más y volver a su casa el día martes

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