domingo, 29 de enero de 2012

Capitulo 301

A la nochecita volvieron, cenaron, bañaron a los bebitos y se acostaron. Pasaron el martes en la casa de los abuelos Chaves. Finalmente Pedro había decidido no invitarlos por el momento. Cuando escucho a Paula decir que necesitaba estar sin gente, solo ellos sabia que se refería a él y los bebes; pero eso lo hizo darse cuenta de que es lo que necesitaban.
Desde que nacieron los gemelos no habían tenido un solo momento a solas. Las únicas horas que pasaron sin los niños fue el día de la final rodeados de personas. Después las fiestas, yendo y viniendo de un lado a otro, rodeados de parientes.
Pensó en irse a algún lugar pero debería consultar a Paula que destino prefería. Mientras decidían eso estaba dispuesto a disfrutar su casa. Las cunas móviles y el cochecito iban a ser de gran utilidad.
Ese martes llegaron tarde, bañaron a los bebitos, los alimentaron y los hicieron dormir. Estaba realmente muy cansados, tres fuera de su casa y con dos criaturas de menos de un mes de vida era agotador.
Mientras Paula preparaba algo rápido para comer Pedro preparo la bañera para un baño de inmersión. Cenaron unos sándwiches y jugo de naranja, algo rápido y sobre todo liviano porque en esos días habían comido mucho y pesado.
Levantaron las cosas y cuando estaba terminando de lavar los platos sintió como él la abrazaba por la espalada dándole suaves besitos en el cuello. La alzo y sin dejar de basarla la llevo al baño donde empezó a desvestirla delicadamente
-Pau: mi amor
-Pp: shhh
-Pau: Pepe para no...
-Pp: tranquila ya sé, no pretendo más que mimos y relajarnos un rato, disfrutarnos
-Pau: me das miedo, pero confió en vos
-Pp: es lo mejor que podes hacer. Jamás voy a hacer algo que te haga mal.

Se metieron en la bañera, y se quedaron largo rato mimándose, abrazados, disfrutándose uno al otro. Era justo lo que necesitaba. Pedro por su lado si bien disfrutaba mucho su rol de padre y amaba verla a ella como mamá extrañaba un poco la vida de pareja, estar solitos, demostrarse su amor.
De parte de ella la sensación era la misma, amaba ser madre, sin duda era su mejor rol, pero también necesitaba sentirse deseada por su hombre, no dejar de lado a la mujer. Le daba un poco de miedo provocar o algo porque no se sentía en condiciones de responder, aun se sentía insegura con su cuerpo y fundamentalmente tampoco se sentía del todo bien físicamente. Se iba recuperando de a poco, el médico se lo había explicado que los órganos debían reacomodarse
Una vez más su hombre actuó como ella lo esperaba, mimándola delicadamente, haciéndole sentir cuanto la amaba y cuanto la deceaba pero sin pasar el limite. Estaban tan relajados que se les paso el tiempo sin darse cuenta, el llanto de los bebitos los devolvió a la realidad.
-Pp: parece que se acabo el recreo
-Pau: parece, los entretenes un ratito que me ducho
-Pp: te estás saliendo de la bañera
-Pau: pero el agua tenia sales y aceitito relajante. No quiero que les haga mal
-Pp: tenes razón. Báñate tranquila, yo me ocupo aunque me encantaría bañarte
-Pau: otro día. Ahora tus hijos te necesitan
-Pp: y son las únicas personas que logran que me suspenda mis planes con mi mujer
-Pau: te amo.
Se va con los bebitos, les pone el chupete y les canta. Extrañamente logra calmarlos. Paula sale de la ducha y se queda con la bata, le da de mamar a Nico primero ya que Mateo estaba tranquilo.
-Pau: ya que tu hermano esta entretenido vas a comer vos primero. Soy muy lindo Nico y tenes la misma paz que tiene tu papá. (Le hablaba al bebé mientras le acariciaba la cabecita)
-Pp: gracias por los halagos, yo me encargo del provechito así le das rápido a Mati
-Pau: estas apurado?
-Pp: en realidad es para que te vistas rápido
-Pau: por qué? Qué pasa?
-Pp: eso ya es maldad Paula, no podes quedarte solo en bata frente a un hombre totalmente enamorado y en abstinencia.

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